miércoles, 3 de agosto de 2011

Mi historia previa

Somos lo que comemos. Esta frase la hemos oido tantas veces que realmente olvidamos lo que significa. La comida influye no sólo en cosas obvias como nuestro peso, sino también en nuestra salud, nuestro sueño, nuestro humor, la energía que tenemos... y siendo algo tan sumamente importante tendemos a no pensar en ello; continuamos devorando comida rápida inducidos por la publicidad y las prisas, compramos productos por su imagen sin pararnos a leer sus etiquetas, no empleamos un minuto en ver que hay detras de muchas cosas que encontramos en las composiciones y que ignoramos que significa. O tal vez preferimos ignorarlo.
No soy una experta en nutrición ni pretendo serlo, pero si una persona que he decidido preocuparme por mi salud y por lo que como. Durante muchos años he padecido de fibromialgia, de sindrome de colon irritable y fatiga crónica además de alguna que otra lesión en las articulaciones, sobre todo en las rodillas y cadera. El primer paso para mejorar era perder peso. Nunca he sido una persona obesa pero el sobrepeso en mayor o menor medida me ha acompañado a lo largo de mi vida, con un par de breves paréntesis. Cometía el mismo error una y otra vez: hacer dietas. Creo que he hecho la mayoría de las dietas de moda en algún momento de mi vida: la del melocotón, la sopa de cebolla, la de Natur House, la scarsdale... así como otras dietas hipocalóricas puestas por médicos, naturistas e incluso endocrinos. Los resultados se repetían una y otra vez: hambre, mal estar, mareos que me hacian abandonar la dieta tras unas pocas semanas cuando más y tras eso recuperaba lo perdido y algún otro kilo que venía de regalo. 
Comencé hace unos años con la dieta de Weight Wachers, conocida también como la dieta de los puntos. Con esa dieta abandoné por fin el ocho, pues pesaba 85 kilos y comencé a vivir en el siete como me gusta decir. Aunque llegados a los 73 kilos no fui capaz de perder un gramo más y mi cuerpo se estabilizó entre los 75/77 kg. Así aguanté varios años. Esta dieta me aportó una buena costumbre, la de mirar las etiquetas y comenzar a leer más allá de las grandes letras que ponen Ligth! Sanísimo! Ligero! y tantas otras cosas, normalmente sobre fondo azul claro que nos quieren hacer pensar que podemos consumir ese producto a voluntad sin sufrir consecuencias en nuestro peso o nuestra salud.
Tras una mala etapa en la que regresé a los 85 kg, conseguir volver a mi peso de 77, pero no lograba bajar de ahí y mi estómago se resentía cada vez más con la comida. Digestiones pesadas, cólicos de gases, saltos de hasta dos kilos de una semana a otra... Tras un par de semanas de gran ansiedad vi la báscula en 81 kg. Ahí decidí que punto final, que no podía seguir con ese baile de kilos y que tenía que retomar mi intención de reeducarme en mi forma de comer.
Leí mucho sobre alimentación, dietas... y llegué a las famosas dietas proteínicas. Las dietas basadas en polvos las descarté al momento, no eran válidas para mi propósito de reeducar mi forma de comer. Y así llegué a la Dukan. Cuando comencé a leer sobre esa dieta tengo que decir que no había visto el libro, ni había oido ninguna de las críticas que se le suelen hacer, así que me informé con oidos "vírgenes" y su filosofía, la forma de comer y de organizar las comidas se adaptaba mucho a mis ideas y a mi vida. Incluso el que no me permitieran la fruta durante las dos primeras etapas tenía mucho sentido para mi ya que como gran consumidora de fruta fresca había llegado a la conclusión de que esta, en exceso, contribuía a aumentar mi peso. 
No fue una decisión rápida y sin meditar, pues desde noviembre que me di de alta en la página oficial del Dukan (www.dietadukan.es) hasta el ocho de marzo que comencé a hacerla, fue mucho lo que leí y lo que pensé. Aprovechando que tenía la revisión médica de la empresa hablé con el doctor y me animó a hacerla con cabeza y sentido común, sin locuras. Me dijo que mi peso no debería superar los 70 kilos y me dio su beneplácito para comenzar la dieta. Mi médico de cabecera una vez le expliqué en que consistía la dieta y sus fases también me dio el visto bueno. Así que contraté el coaching para poder consultar dudas y sentirme más "obligada" y apoyada y me lancé a ello.

6 comentarios:

  1. TOTALMENTE DE ACUERDO CON TU HISTORIA RAQUEL!!! ME IDENTIFICO MUCHO CON ELLA Y HE DECIDIDO SEGUIR LA DIETA DUKAN Y ME SIENTO MUY BIEN!!! GRACIAS POR ESTE VALIOSO APORTE DE ABRIR UN BLOG PARA LOS QUE NO PODEMOS CONTRATAR AL COACHING DE MOMENTO... SALUDOS Y MUCHO ÉXITO!!!

    ResponderEliminar
  2. Gracias :-). Espero recopilar aquí las preguntas más frecuentes. Como suelo hacer siempre listas para mis amigas, decidí ponerlas en un blog y así las consulta quien lo desee

    ResponderEliminar
  3. Te sigo!! Mucha suerte en este nuevo "blog coñazo" ;) Besazos.

    ResponderEliminar
  4. XDDDD gracias Montsiñaaaa! no te cortes en corregir o aportar lo que quieras

    ResponderEliminar
  5. Me gusta tu blog!
    Te leere!:)(vogavigo)

    ResponderEliminar
  6. Gracias Vogavigo, y ya sabes, cualquier cosa que se te ocurra y quieras aportar será bien recibida

    ResponderEliminar